Soy amable, pero decidida, tierna y vivaz, equilibrada, pero apasionada, independiente, pero confiada, suave. Con un espíritu audaz y sobrenatural, al que le encanta salir a la calle y jugar, se puede decir que la lujuria es mi patio de recreo favorito.
No tengo miedo de ceder al deseo. No me avergüenzo de lo que nos da miedo decir. Dicen que nunca se debe jugar con fuego. Yo digo: déjame enseñarte.